Nacido en Calw, Alemania, el 2 de
julio de 1877 y muerto el 9 de agosto de 1962 en Montagnola, Suiza,
Hermann Hesse fue una destacada figura de la narrativa alemana de la
primera mitad del siglo XX, de relevancia comparable a la de Alfred
Döblin y Thomas Mann, recibiendo el premio Nobel de Literatura en
1946. Su obra indagó en temas como la búsqueda de la
autorrealización y la espiritualidad.
Vástago
de una familia de misioneros pietistas, fue destinado al estudio de
la teología y enviado en 1891 al seminario de Maulbronn. De allí se
fugó en 1894 e hizo el aprendizaje de relojero en Calw. En 1895 fue
aprendiz de librero en Tubinga y trabajó como tal en Basilea a
partir de 1899. Después del éxito de Peter Camenzind (1904)
se instaló a orillas del lago de Constanza dedicado a la literatura.
En 1911 viajó a la India, más tarde se fue a vivir a Berna y
finalmente a Montagnola, cerca de Lugano. Peter Camenzind
(1904) puede ser considerada un arquetipo del género conocido como
"novela de formación", de escritura reflexiva y
melancólica, sobre un joven que llega del campo a la ciudad para
acabar huyendo de la cultura urbana y regresar a la naturaleza y la
vida sencilla. En esa misma línea, Bajo la rueda (1906)
expresa la rebelión contra la autoridad.
Pero
el título que marca el paso del ecuador dentro de la obra de Hesse
es sin duda Demian (1919), cuyas primeras ediciones se
publicaron bajo el seudónimo Emil Sinclair y con el significativo
subtítulo "Una historia de juventud": escrita en medio de
una profunda depresión, la novela es sin embargo un canto a la
amistad, al arte y a la vida. Siddharta (1922), diametralmente
distinta, recoge la experiencia del autor en la India y se
convertiría, una generación más tarde, en el libro de cabecera de
los primeros "hippies", difusores del budismo y de la
cultura oriental en Occidente.
El
lobo estepario (1927) es acaso el más célebre de los títulos
de Hesse e inicia sin duda la etapa de madurez de su obra: está
construido a partir de las notas póstumas del artista Harry Haller,
introducidas por los comentarios de un editor, y es un lúcido
análisis sobre la locura de una época en la que muere lo viejo sin
que haya nacido algo nuevo. Narciso y Goldmundo (1930),
situada en una imprecisa alba del Renacimiento, presenta la
contraposición de Narciso, el monje ascético, y Goldmundo, el
artista, en una escuela monástica, donde traban amistad. Es la
confrontación entre el mundo paterno, encarnado en el logos y la
ciencia, y el arte maternal, que no representa una certeza sino una
búsqueda de por vida.
El
juego de los abalorios (1943), cierra lo que puede entenderse
como una trilogía de culminación de la obra de Hesse, a través de
un nuevo intento de reunión (los abalorios) del mundo de las artes y
de las ciencias: un auténtico resumen de los esfuerzos anteriores
del autor por reflejar la inquietante dualidad entre el pensamiento y
el espíritu.
Siguieron
luego colecciones de cuentos, relatos y meditaciones, y en 1951 la
antología literaria de este educador humano, que une la interioridad
de la lucha sostenida para la existencia del espíritu, consciente de
su propia responsabilidad, con la advertencia dirigida a su misma
época en peligro y al pueblo alemán. La edición completa de las
obras de Hermann Hesse, en seis tomos, apareció en 1952.
(Fernández,
Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Hermann Hesse». En Biografías
y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona,
España 2004)
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