lunes, 29 de mayo de 2023

SEXAGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1958-2023)


El poeta Juan Ramón Jiménez nació el 23 de diciembre de 1881 en Moguer, falleciendo en San Juan de Puerto Rico el 29 de mayo de 1958. Su lírica evolucionó desde las últimas derivaciones del modernismo hacia una poesía a la vez emotiva e intelectualista. Tras cursar el bachillerato en el colegio de los jesuitas de Puerto de Santa María (Cádiz), ingresó en la Universidad de Sevilla para estudiar derecho, carrera que abandonó para seguir su vocación artística.

Aunque inicialmente quiso ser pintor, pronto se orientó hacia la poesía, animado por la lectura de Rubén Darío y de los escritores románticos. Sus primeras colaboraciones en la revista madrileña Vida Nueva fueron acogidas con entusiasmo por los modernistas, por lo que decidió trasladarse a Madrid en 1900 y publicar ese mismo año sus dos primeros volúmenes de versos, Ninfeas y Almas de violeta, títulos que le fueron sugeridos por Ramón del Valle-Inclán y Rubén Darío.

De carácter melancólico y depresivo, la repentina muerte de su padre le causó fuertes crisis nerviosas que lo obligaron a pasar largas temporadas en sanatorios de Burdeos y Madrid. A esta época corresponden los libros Rimas (1902), Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904), que configuraron una poética más en la línea de Gustavo Adolfo Bécquer, impregnada de musicalidad, nostalgia y amor por la naturaleza, con metros sencillos en los que predomina el octosílabo y un ritmo fluido.

Entre 1905 y 1912 el autor vivió en su pueblo natal, entregado a la lectura y admirando la vida campesina andaluza. Este acercamiento al mundo rural se tradujo en un nuevo sentimentalismo que, sin abandonar la languidez inicial, se enriqueció con impulsos apasionados y juveniles. En los escenarios crepusculares de pálidos jardines, decadentes ensueños y estancias silenciosas, aparecieron por primera vez colores brillantes e imágenes de mujeres desnudas que tiñeron los versos de erotismo.

En este período escribió varios volúmenes de orientación modernista: Elegías (1908-1910), Olvidanzas (1909), La soledad sonora (1911), Poemas mágicos y dolientes (1911), Melancolía (1912) y Laberinto (1913), así como el libro en prosa Platero y yo (1914), tierna elegía a un borriquillo que se convirtió en uno de sus textos más célebres. De regreso a Madrid conoció a Zenobia Camprubí, española educada en Estados Unidos, con la que se casó en Nueva York en 1916. La vitalidad y las constantes atenciones de Zenobia influyeron decisivamente en el nuevo rumbo que adoptó su trayectoria poética.

Tanto en los Sonetos espirituales (1914) como en Estío (1916) se anunciaba un cambio formal que culminó en el Diario de un poeta recién casado (1917), escrito casi en su totalidad durante la travesía del Atlántico. Según declaró el autor, el constante movimiento de las olas le transmitió la obsesión por el ritmo y lo llevó a abandonar las estructuras estróficas tradicionales, y a cultivar el verso libre. Al mismo tiempo, la ornamentación modernista desapareció en favor de un lenguaje sobrio y desnudo, que huyó de la vaguedad y aspiró a la precisión absoluta.

Muestra de ello son las composiciones de Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923) y Belleza (1923), donde eliminó todo aquello que no tendiese a la esencia poética y a la plenitud espiritual y estética. Este giro hacia la «poesía pura» ejercería una gran influencia en la obra inicial de los poetas de la generación del 27, particularmente en Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. El autor intentó llevar al ámbito de la prosa las conquistas obtenidas en sus versos y escribió la serie de retratos líricos que integraron el libro Españoles de tres mundos (1942), aparecido en su mayor parte en la revista Índice.

Paralelamente, incitado por un afán de depuración máxima, sometió su obra a una permanente revisión. Fruto de esta inquietud son las colecciones de textos Unidad (1925), Obra en marcha (1928), Sucesión (1932), Presente (1933) y Hojas sueltas (1935), que incluyeron páginas susceptibles de ser reelaboradas con posterioridad.

Tras la publicación de Cántico (1935), el estallido de la Guerra Civil interrumpió la labor creadora del poeta, que fue nombrado agregado cultural en Washington. Después de vivir en Estados Unidos y Cuba se instaló en Puerto Rico, donde enseñó en la universidad y se dedicó a retocar gran parte de su obra. A esta última época pertenecen los libros La estación total (1946), Romances de Coral Gables (1948) y Animal de fondo (1949), en los que la búsqueda de la belleza total se plasmó a través de una visión intelectualista y metafísica, en función de la cual su poesía se transformó en un "dios deseante y deseado", con conciencia de la divinidad y con manifestación inefable de lo eterno. Juan Ramón Jiménez fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1956.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Juan Ramón Jiménez». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004). 

jueves, 25 de mayo de 2023

RESUMEN DE LA CONFERENCIA "LA ODISEA QUE LIDERÓ MENCÍA CALDERÓN EN LA EXPEDICIÓN DE MUJERES A AMÉRICA EN EL AÑO 1550” IMPARTIDA POR CONCHA DUCLÓS EL 10 DE MAYO DE 2023.



Doña Mencía Calderón nació en Extremadura, en 1514. Se casó, en 1535, con Juan de Sanabria, viudo y con un hijo adolescente, Diego de Sanabria.

En 1547, Carlos I nombra a Juan de Sanabria adelantado del Río de la Plata y de Asunción (hoy capital de Uruguay). Se compromete con el rey a llevar una expedición con mujeres a Asunción. Durante dos años prepara una armada de seis barcos. En 1549, cuando está a punto de partir, Juan de Sanabria muere en Sevilla, parecer ser de viruela o malaria.

Mencía Calderón decide emprender el viaje que su marido había organizado. Zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 10 de abril de 1550, con una armada de tres barcos: el patache San Miguel, la carabela Asunción y la nao San Juan. Los tres barcos albergan una expedición de trescientas personas, entre las que se encontraban sus hijas y cincuenta mujeres. Su hijastro, Diego de Sanabria, nombrado adelantado en sustitución de su padre, partiría con los otros tres barcos al cumplir la mayoría de edad.

Tardan dos meses en llegar a Las Palmas de Gran Canaria. Allí esperan hasta que el viento es favorable para impulsar las velas. Continúan el viaje y, al poco tiempo, se desata una gran tormenta que separa las naves. La nave San Miguel, en la que va Mencía, busca refugio en el Golfo de Guinea.Esperan unos días a las otras naves y cuando ven que no aparecen, Mencía ordena continuar el viaje. Llevaban poco tiempo navegando cuando son atacados por los piratas. Mencía pacta con ellos. A cambio de respetar a las mujeres se llevan las joyas y los ajuares, los instrumentos de navegación, los alimentos, el agua potable y las velas de repuesto. En esas condiciones, se ven obligados a volver al golfo de Guinea. Les lleva meses reponer las pérdidas. Las mujeres preparan las conservas, cosen las velas, trenzan los cabos y confeccionan sus vestidos. Cuando consideran que están en condiciones de navegar, inician el viaje. Al carecer de instrumentos de navegación, se pierden durante semanas. El agua potable se pudre y los víveres escasean tanto que, en esas condiciones tan penosas, fallecen algunas personas, entre ellas una de las hijas de Mencía. Llegan a las costas de Brasil el 16 de diciembre de 1550. Concretamente, a la isla de San Vicente. Allí encuentran a la nave Asunción que se extravió durante la tormenta. De la nave San Juan no se volvió a saber nada. Para reparar las dos naves y continuar a Asunción se dirigen a la isla de Santa Catalina. Durante el viaje se hunde la nave Asunción y la nave de Mencía se estrella en los acantilados. De las trescientas personas que salieron de Sanlúcar de Barrameda sobreviven ciento veinte: ochenta hombres y cuarenta mujeres.Todos se quedan en la isla de Santa Catalina donde Mencía funda el puerto de San Francisco. Mencía envía varias expediciones a Asunción paracomunicar su situación y pedir ayuda. Al tener que desplazarse a pie, las expediciones tardan muchos meses en recorrer los 1500 kilómetros que les separan de Asunción. Mientras tanto, el gobernador portugués de la isla de San Vicente se entera de que los españoles se han instalado en la costa de Brasil. Le hace creer a Mencía que le va a ayudar. Los lleva a su isla y los retiene, primero como invitados y después como presos. Los tiene dos años en un penal hasta que por mediación de unos jesuitas portugueses son puestos en libertad. Vuelven a la isla de Santa Catalina donde Mencía funda una colonia. Los indios Carios atacan continuamente la colonia y ante la imposibilidad de defenderse deciden abandonarla y ponerse en camino a Asunción. En el otoño de 1555, inician la marcha a Asunción. Se disponen para recorrer 1500 kilómetros. Lo hacen a pie, por un territorio selvático, sin más equipaje que lo puesto y los alimentos necesarios. En un día de mayo de 1556, entraron en Asunción. Un camino árduo desde su inicio seis años antes.

Mencía vivió largos años en las tierras que algunos denominaron el paraíso. Parece ser que falleció en 1564, en Asunción (Paraguay).

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BIBLIOGRAFÍA

Vicenta Márquez de la Plata. Viajeras a través del mar tenebroso, en los siglos XV –XVI. Editorial CASIOPEA.

Carmen García. Pioneras, mujeres en la Conquista de América. Editorial SEKOTIA.

Museo Naval de Madrid. NO FUERON SOLOS, mujeres en la Conquista de América. Exposición en mayo de 2012.

Museo Naval del Ferrol. Artículo del 7 de diciembre de 2019

RESUMEN DE LA CONFERENCIA "EL HECHO RELIGIOSO A LO LARGO DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD" IMPARTIDA POR Mª PAZ HIDALGO EL 12 DE ABRIL DE 2023

 Se tiene constancia de su presencia desde la época del Neandertal hasta nuestros días.

Por ser una constante a lo largo de la Historia de la Humanidad es oportuno conocer su ESENCIA ya que las opiniones en Occidente han sido distintas y hasta contradictorias.

Son los pensadores griegos los primeros en utilizar la razón para su estudio, pasando sus conclusiones por opiniones varías entre las que destaco a LOS SOFISTAS, en cierta medida precursores de LA CIENCIA DE LAS RELIGIONES por su visión escéptica en cuanto a poder llegar al conocimiento de la divinidad preludiando la interpretación científica elaborada desde el positivismo.

La época patrística y medieval desconoce el estudio positivo del hecho religioso. Abundan las valoraciones del cristianismo descalificando al Judaísmo y al Islam (Bacon, siglo XIII, una excepción al comparar todas las religiones conocidas y encontrar elementos comunes).

En el siglo XV la ingente cantidad de materiales aportados por misioneros y colonizadores de religiones desconocidas no sirvió gran cosa para hacer uso comparativo de ellas ya que su estudio estaba imbuido por la teología.

En el siglo XVII -XVIII intentan interpretar estos datos de las religiones no cristianas desde un nivel filosófico con la Ilustración y explican el hecho religioso a partir del miedo, la ignorancia y la astucia de la clase sacerdotal.

Dentro de la Ilustración alemana va iniciarse una nueva forma de considerar la religión, sin superar el racionalismo: PRESTAN ATENCIÓN A ELEMENTOS NO RACIONALES CONTENIDOS EN EL HECHO RELIGIOSO LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE LA RELIGIÓN ES DOMINIO ESPECÍFICO DE LA CONCIENCIA Y POR TANTO SOLO PUEDE SER ENTENDIDA POR ELLA MISMA Y A LA IMPORTANCIA QUE TIENE EN ELLA EL SENTIMIENTO (SCHLEIERMACHER).

En el siglo XIX y primeros años del XX se va a producir el estudio del hecho religioso aplicando los métodos propios de las ciencias positivas: LA CIENCIA MODERNA DE LAS RELIGIONES, que lo considera un hecho humano cultural y se APARTA DE LA TUTELA DE LA FILOSOFÍA Y LA TEOLOGÍA.

Todos sus representantes presuponen que la religión corresponde a un primer estadio ficticio y mítico de la historia humana.

A destacar: Max Müller, Maret, Frazer, Durkheim, W. Schmit.

Como dato positivo se considera la gran cantidad de materiales aportados y el separar al estudio del hecho religioso de la teología.

Como negativo que hoy día nadie sostiene, por los propios datos que apartan, un primer estadio ARRELIGIOSO DE LA HUMANIDAD (excepto el marxismo por eso de la aparición de la religión como resultado de la “alieniación”).

MÉTODO FENOMENOLÓGICO

Representantes siglo XX: R.Otto; G.van der Leew; Geo Widengreen, Mircea Eliade, J. Martín Velasco con INTRODUCCIÓN A LA FENOMENOLOGÍA. 1973 (que sirve de base a esta charla).

Este método Fenomenológico es hijo de la Historia de las Religiones (sus iniciadores eran historiadores de las religiones) y su estudio también está emancipado de la Filosofía y de la Teología)

Rasgos comunes:

-Lleva a cabo una síntesis con los elementos comunes a todas las religiones (la Historia de las religiones hace sólo un estudio analítico).

-Con esta síntesis intenta captar la estructura del Hecho Religioso.

-interpreta el fenómeno religioso al recurrir a la intención subjetiva (no sólo lo explica sino que intenta comprenderlo, congenialidad: “solo puede escribir fielmente sobre religión quien tiene una religión” K.Goldammer).

CRÍTICA al método fenomenológico: SE CONVIERTE EN MORFOLOGÍA DE LO SAGRADO y la religión no existe sino en las distintas religiones.

ASPECTO POSITIVO: manifestar a las Ciencias positivas de las religiones lo específico del hecho religioso y si la filosofía de la religión acepta apoyarse en el método fenomenológico (considerar lo religioso como hecho humano específico y aceptar la dimensión religiosa del hombre) es posible que FACILITE EL DIÁLOGO NECESARIO ENTRE LAS CIENCIAS DE LA RELIGIÓN Y LA TEOLOGÍA.

ELEMENTOS COMUNES A TODAS LAS RELIGIONES DESDE El MÉTODO FENOMENOLÓGICO

1º EL MISTERIO SE REVELA AL HOMBRE.

El Misterio es el nombre de la Divinidad en el que se reconocen todos los hombres religiosos (Jesucristo es el Misterio, pero Éste no se agota en Jesucristo). Todos los hombres religiosos coinciden en describir a esa realidad que experimentan como realidad TRASCENDENTE, en todo superior al hombre y al mundo sin ningún tipo de comparación. En consecuencia, si es trascendente y los hombres religiosos dicen percibirla, tiene que tener una TRASCENDENCIA ACTIVA, “busca al hombre”.

Su presencia produce en el hombre sentimientos ambivalentes: EL MISTERIO COMO TREMENDO Y FASCINANTE Y COMO TABÚ Y SACRALIDAD.

La CONVERSIÓN y la ILUMINACIÓN es otra de las consecuencias de su experiencia.

La forma de representar la TRASCENDENCIA en las religiones no es fácil y se hace aludiendo a ella lo menos posible (figuras desfiguradas, nombres que no dicen nada o diciendo que “ES LO QUE NO ES”…

A la TRASCENDENCIA ACTIVA se alude con “LA DIVINA PROVIDENCIA” o con la representación personal (al saber solamente de ELLA que busca al hombre se la da forma de persona como único recurso).

2º EL MISTERIO SE REVELA AL HOMBRE, POR EL HOMBRE Y EN EL HOMBRE.

POR EL HOMBRE: El hombre es un animal además de sapiens, simbólico y los símbolos forman parte esencial de las religiones.

El hombre una vez percibido el Misterio en este mundo, convertido en ámbito sagrado por la ruptura de nivel lo proyecta en realidades mundanas que lo transparentan dependiendo de su cultura. A esas realidades se les llama hierofanías y son símbolos auténticos que el hombre no inventa, sino reconoce influido por su cultura. Jesucristo es una hierofanía del cristianismo, para el Islán será el santo Corán que aprenden a recitar de memoria desde la escuela (consideran su contenido como las palabras textuales del ángel Gabriel al Profeta donde especifican la Trascendencia y su actividad).

EN EL HOMBRE una ver experimentada la presencia del Misterio se siente la llamada ACTITUD RELIGIOSA, deseo de unirse a Él porque se lo percibe como SUMO BIEN, cosa que se consigue “vaciándose”, poniéndolo en el centro de la vida y uniéndose con Él para ser feliz en realidades subjetivas: A nivel de la razón, de la acción, de la emoción y del carácter social del hecho religioso.

CRÍTICA DE LA FILOSOFÏA DE LA RELIGIÓN hacia la FENOMENOLOGÍA.

Insinúa que esa TRASCENDENCIA QUE PRETENDE REAL no es otra cosa que el trascendimiento de los deseos e ilusiones de los hombres. RÉPLICA: EL DIOS DEL HOMBRE RELIGIOSO NO CONSUELA AL HOMBRE POR LO QUE LE DA O LE PROMETE SINO POR LO QUE ES, PORQUE ES (R.OTTO).

Aceptando sus limitaciones deseo que estas nociones de FENOMENOLOGÍA DEL HECHO RELIGIOSO hayan aireado las experiencias religiosas del creyente fomentando la tolerancia religiosa y a su vez, aquella destierre el tufo a rancio que pueda llegar desde los que confían en esa experiencia del MISTERIO.

Nunca fue mi intención hacer una reflexión filosófica del hecho religioso (además de por no sentirme capacitada para ello) porque J. Martín Velasco en su INTRODUCCIÓN A LA FENOMENOLOGÏA DE LA RELIGIÖN (texto que me ha servido de guía) considera a dicha Fenomenología dentro del campo de la CIENCIA DE LAS RELIGIONES y establece una diferencia fundamental con LA FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN a la que llama “reflexión normativa sobre el hecho religioso desde los principios de la razón que no se contenta con la interpretación fiel del hecho religioso respetando su especificidad (en ningún momento nombra al filósofo Husserl y a su método fenomenológico, no por ignorar su importancia sino precisamente , creo, por su entidad filosófica).

NO se puede negar la existencia del MISTERIO DESDE LA POSTURA ATEA NI afirmarla DESDE LA POSTURA CREYENTE. LA FENOMENOLOGÍA, como ciencia positiva, puede demostrar la coincidencia de elementos comunes que dicen experimentar todos los hombres religiosos. Eso no valida la fe en esa realidad misteriosa, tampoco su negación, sí la confianza de su existencia si nos fiamos de las experiencias que han dicho vivir aquellos a lo largo de la historia.

Todas las religiones son vistas como reveladas y su valoración se guía por el equilibrio con el traduzcan la experiencia de la TRASCENDENCIA DEL MISTERIO JUNTO A SU CARÁCTER ACTIVO.

jueves, 11 de mayo de 2023

CENTÉSIMO OCTOGÉSIMO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE BENITO PÉREZ GALDÓS (1843-2023)



Benito Pérez Galdós nació en Las Palmas de Gran Canaria el 10 de mayo de 1843, falleciendo en Madrid el 4 de enero de 1920. Novelista, dramaturgo y articulista español, máximo representante (junto con Leopoldo Alas «Clarín») de las corrientes realista y naturalista en la narrativa española. Benito Pérez Galdós nació en el seno de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.

Cursó el bachillerato en su tierra natal, y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. En 1870 apareció su primera novela, La sombra, de factura romántica, a la que siguió ese mismo año La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.

Dos años más tarde, poco después de la muerte de su padre y mientras trabajaba como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los Episodios Nacionales, probablemente inspirado en los relatos de guerra de su progenitor, que había participado en la guerra contra Napoleón. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.

Durante este período también escribió novelas como Doña Perfecta (1876) o La familia de León Roch (1878), obra que cierra una etapa literaria señalada por el mismo autor, quien dividió su obra novelada entre «Novelas del primer período» y «Novelas contemporáneas». Este segundo grupo se inicia en 1881, con la publicación de La desheredada. Según confesión del propio escritor, con la lectura de La taberna, de Zola, descubrió el naturalismo, lo cual cambió la manière de sus novelas, que incorporarán a partir de entonces métodos propios del naturalismo, como es la observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el sentido del humor.

Bajo esta nueva manière escribió alguna de sus obras más importantes, como Fortunata y Jacinta (1886-1887), Miau (1888) y Tristana (1892). Todas ellas forman un conjunto homogéneo en cuanto a identidad de personajes y recreación de un determinado ambiente: el Madrid de Isabel II y la Restauración, en el que Galdós era una personalidad importante, respetada tanto literaria como políticamente.

En 1886, a petición del presidente del partido liberal, Práxedes Mateo Sagasta, Benito Pérez Galdós fue nombrado diputado de Puerto Rico, cargo que desempeñó (a pesar de su poca predisposición para los actos públicos) hasta 1890, con el fin de la legislatura liberal y, al tiempo, de su colaboración con el partido. También fue éste el momento en que se rompió su relación secreta con Emilia Pardo Bazán e inició una vida en común con una joven de condición modesta, con la que tuvo una hija.

Un año después, coincidiendo con la publicación de una de sus obras más aplaudidas por la crítica, Ángel Guerra, ingresó (tras un primer intento fallido en 1883) en la Real Academia Española. Durante este período escribió algunas novelas más experimentales, en las que, en un intento extremo de realismo, utilizó íntegramente el diálogo, como Realidad (1892), La loca de la casa (1892) y El abuelo (1897), algunas de las cuales adaptó también para la escena. El éxito teatral más importante, sin embargo, lo obtuvo con la representación de Electra (1901), obra polémica que provocó numerosas manifestaciones y protestas por su contenido anticlerical.

Durante los últimos años de su vida se dedicó a la política; en la convocatoria electoral de 1907 fue elegido por la coalición republicano-socialista, cargo que le impidió, debido a la fuerte oposición de los sectores conservadores, obtener el Premio Nobel. Paralelamente a sus actividades políticas, problemas económicos le obligaron a partir de 1898 a continuar los Episodios Nacionales, de los que llegó a escribir tres series más.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Benito Pérez Galdós ». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).


lunes, 1 de mayo de 2023

NONAGÉSIMO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DEL POETA CONSTANTINO KAVAFIS (1933-2023)

 


Konstantinos Petrou Kavafis, también llamado Constantino Cavafis y C. P. Cavafis nació en Alejandría el 29 de abril 1863 falleciendo en la misma ciudad el 29 de abril de 1933. Fue el menor de una familia de nueve hermanos. Su padre, Juan Kavafis, fue comerciante, mientras que su madre, Jariclea Fotiadis, procedía de una familia noble de Constantinopla. Tras el fallecimiento de su padre, acaecido el 10 de agosto de 1870, se trasladó a Inglaterra, donde permaneció en Liverpool y Londres desde 1872 a 1878. Allí inició sus estudios y aprendió con total perfección la lengua inglesa.

Finalizada esa estancia regresó a Alejandría, donde completó sus estudios, y en 1882, debido a los disturbios políticos que acabaron con la ocupación de Egipto por los ingleses, abandonó de nuevo su ciudad natal. La familia se trasladó a Constantinopla y permaneció allí hasta el mes de octubre de 1885. Regresó entonces a Alejandría, ciudad que el poeta ya nunca abandonaría excepto con motivo de unos viajes a París (1897), Londres (1901) y Atenas (1903).

Sus primeras publicaciones datan de 1886. Los poemas de esta primera época juvenil, románticos en su concepción, siguen la línea de D. Paparrigópulos, con evidentes influencias de Victor Hugo y Alfred de Musset. En 1891 publicó en una hoja suelta una composición titulada "Constructores", y en 1896 escribió "Murallas", un poema ya completamente cavafiano en el que expresa la trágica realidad de la vida, el aislamiento del mundo y la soledad existencial.

Constantino Kavafis renegó de muchas obras que no llegó a publicar. El corpus de los poemas "reconocidos" suman un total de ciento cincuenta y cuatro, todos ellos breves. Sus versos circularon en pequeñas hojas sueltas y en privado. En 1904, en un pequeño fascículo, publicó catorce poemas, y en 1910 los volvió a publicar añadiendo siete más. Desde 1912 publicó hojas sueltas con las que compuso colecciones, ordenándolas cronológicamente o temáticamente.

La especial idiosincrasia de Kavafis, altiva y tímida al mismo tiempo, guarda sin duda relación con un rasgo esencial de su lírica: la suya es una voz que disimula el tono personal y afectivo, eludiendo la expresión emotiva directa. Su poesía da cabida a la melancolía del pasado, al sentimiento de temporalidad, al recuerdo y a la historia. El sentimiento de la vejez, la muerte y el tiempo son constantes en su obra. La vejez, en poemas como "La ciudad", "Un viejo", "Muy raramente", etc; la muerte, en "En el puerto", "En el mes de Athyr", "Epitafia de Antíoco, rey de Comegene" y otros más. La brevedad y la sencillez de estructura "aparente" confieren a sus composiciones un matiz inconcluso.

Sus poemas, según Politis, pertenecen a tres campos diferentes: filosófico, histórico y erótico o sensual. El trasvase de un área a otra es cosa frecuente. De este modo, el tema histórico servirá de medio de expresión de su erotismo, de su filosofía y de su didactismo. La lengua empleada ofrece una serie de peculiaridades. Con la mezcla de griego purista y demótico, aunque la base de su lengua sea el demótico, el poeta se nos aparece como un espíritu selectivo, ecléctico y crítico que aprovecha los rasgos de uno u otro en función de sus conveniencias métricas. Esta mezcla impregna la mayor parte de su producción; no obstante, los poemas de sus últimos años se encuentran escritos en demótico, excepto algunas palabras y construcciones sabias, en ciertas ocasiones con una clara voluntad de estilo. Aunque Kavafis trabajó cuidadosamente hasta el último detalle de todos sus poemas, la gramática no es siempre perfecta; la crítica considera estos descuidos como rasgos de estilo, ya que la mayoría de las veces son deliberados.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografía de Constantino Kavafis ». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).


CENTÉSIMO VIGÉSIMO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE GEORGE ORWELL (1903-2023)

George Orwell, seudónimo de Eric Blair, nació en Motihari (India) el 25 de junio de 1903, falleciendo en Londres el 21 de enero de 1950. E...