viernes, 27 de enero de 2023

NONAGÉSIMO QUINTO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE VICENTE BLASCO IBÁÑEZ (1928-2023)

 

Nacido el 29 de enero de 1867 en Valencia, Vicente Blasco Ibáñez estudió derecho en Valencia y pronto ingresó en las filas del Partido Republicano. Durante algún tiempo estuvo ligado al valencianismo propugnado por Teodoro Llorente, pero poco después se distanció de él.

El talante polémico de que dio muestras en esta primera época le valió un breve exilio en París, ciudad en la cual entró en contacto con el naturalismo francés, que ejercería una notable influencia en su obra. Tal influjo se hizo ya manifiesto en Arroz y tartana (1894), obra con la que inauguró su ciclo de novelas «regionales», ambientadas en la región valenciana.

En 1894 fundó el periódico El pueblo, que sería su plataforma política, primero como portavoz del republicanismo federal liderado por Francesc Pi i Margall y después, cuando se separó de éste, para difundir su propio ideario político, que pasaría a ser denominado blasquismo y que había de alcanzar una importante repercusión popular, sobre todo a raíz de la dura campaña contra los gobiernos de la Restauración que llevó a cabo desde las páginas del periódico.

Procesado, encarcelado y condenado de nuevo al exilio (1896), Vicente Blasco Ibáñez regresó a España dos años después y fue elegido diputado a Cortes en seis legislaturas, hasta que en 1908 decidió abandonar la política. Buscó fortuna entonces en Argentina, donde intentó llevar a cabo dos proyectos utópicos de explotación agrícola que acabaron en sendos fracasos.

Blasco Ibáñez partió hacia París y en 1914 publicó la novela que le daría fama internacional, Los cuatro jinetes del Apocalipsis. En 1921 decidió retirarse a su casa de Niza, donde escribió sus últimas novelas, más pensadas para gustar al público que las de sus años de más efectiva lucha política, en las que intentó reflejar las injusticias sociales desde una óptica anticlerical, dentro del más puro estilo realista, como sucedía en La barraca (1898).

Fue un autor muy prolífico vinculado en muchos aspectos al naturalismo francés, como también lo estuvieron, aunque en menor medida, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós o Leopoldo Alas «Clarín». Sus obras, sin embargo, carecen de la escrupulosa documentación y rigor compositivo de Émile Zola. Por otra parte, la explícita intención político-social de algunas de las novelas de Blasco Ibáñez, aunada al escaso bagaje intelectual del autor, lo mantuvo alejado de los representantes de la Generación del 98 (Pío Baroja, Azorín, Miguel de Unamuno).

No obstante, su vigorosa imaginación y poder descriptivo hicieron de Vicente Blasco Ibáñez el último gran autor del realismo decimonónico. Su obra tuvo una gran proyección internacional, ampliada por las versiones cinematográficas de algunas de sus novelas, las más famosas de las cuales tal vez sean las dos versiones de Los cuatro jinetes del Apocalipsis, una interpretada por Rodolfo Valentino, y la segunda dirigida por Vincente Minnelli. Muy conocida es también su novela Sangre y arena (1908), dedicada al mundo de la tauromaquia.

Falleció en Mentón (Francia) el 28 de enero de 1928.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Vicente Blasco Ibáñez». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).


miércoles, 18 de enero de 2023

CENTÉSIMO TRIGÉSIMO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL POETA JORGE GUILLÉN (1893-2023)


Nacido en Valladolid el 18 de enero de 1893, Jorge Guillén expresó, especialmente en su fase inicial, una insólita visión positiva del mundo a través de una continuada celebración de la existencia. Perteneciente a la Generación del 27, su producción es un paradigma de la denominada «poesía pura», corriente en la que también se inscriben los primeros libros de muchos de sus compañeros de generación, desde Pedro Salinas, Vicente Aleixandre o Dámaso Alonso hasta Federico García Lorca y Rafael Alberti.

En 1917 sucedió a Pedro Salinas como lector de español en la Sorbona, puesto en el que permaneció hasta 1923. Posteriormente fue catedrático de literatura en las universidades de Murcia y Sevilla, y entre 1929 y 1931 ejerció como lector en Oxford. Exiliado en Estados Unidos (1938), trabajó como profesor en el Wellesley College. Una vez jubilado residió en Italia antes de instalarse en Málaga tras la muerte en 1975 del dictador Francisco Franco.

Desde sus inicios, la poesía de Jorge Guillen quedó totalmente exenta de la ornamentación del agonizante modernismo para centrarse únicamente en la palabra depurada y ceñida al contenido con la máxima precisión. Esta búsqueda del rigor verbal hizo que tardase varios años en escribir su primer libro, Cántico, cuya primera edición, de 1928, fue ampliada sucesivamente hasta 1950.

El subtítulo de esta obra, Fe de vida, ofrece una idea exacta de su concepción poética, caracterizada por la actitud apasionada ante el maravilloso espectáculo de la existencia. El entusiasmo de Guillén se expresa de una manera estructurada y clasicista, rigurosa en la expresión intelectual, lo que ha llevado a relacionarlo con Paul Valéry a pesar de que su radical optimismo contrasta con el enfoque negativo del autor francés. La armonía del universo y la afirmación vital del hombre que lo contempla y celebra hasta en sus aspectos más vulgares es el principio esencial del poeta, que se muestra ajeno a toda imperfección.

Las fuerzas contrarias a esta plenitud, representadas por los conflictos políticos, comparecieron en una segunda etapa, constituida por las tres partes de Clamor, tituladas Maremagnum (1957), Que van a dar en la mar (1960) y A la altura de las circunstancias (1963). La conciencia de las realidades dolorosas implica un tono más grave y elegíaco, a la vez que las formas concisas de la primera época dejan paso a un discurso pausado en el que tienen cabida las construcciones largas y los poemas en prosa. A pesar de que el autor no renuncia a su emocionada postura inicial, la nostalgia del pasado, el paso del tiempo y la reflexión sobre la vejez contribuyen a que su voz se tiña de melancolía.

Por el contrario, Homenaje (1967) supone un retorno al enfoque de Cántico y recupera su impulso primordial de comunicación, con versos consagrados a la cultura, el amor y la amistad, aunque también al presentimiento de la muerte. Sus últimas obras fueron Y otros poemas (1973), con una parte dedicada a la tarea poética, y Final (1982), que según dijo el autor aclaraba o introducía variantes a sus creaciones anteriores. Premio Cervantes en 1976, desarrolló una sustanciosa labor crítica entre la que cabe destacar el libro Lenguaje y poesía (1962).

Falleció en Málaga el 6 de febrero de 1984.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Jorge Guillén». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).


jueves, 12 de enero de 2023

SEXAGÉSIMO ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA (1963-2023)


Ramón Gómez de la Serna nació en Madrid el 3 de julio de 1888, falleciendo en Buenos Aires el 12 de enero de 1963. Licenciado en derecho por la Universidad de Oviedo, consagró su vida exclusivamente a la actividad literaria, en la que se mostró como un escritor fecundo y pionero de un tipo de literatura que, dentro de la más pura vanguardia, se erige como una construcción personal de gran originalidad.

Sus primeras obras muestran una actitud crítica e innovadora frente al panorama literario español, dominado por la generación del 98 (Pío Baroja, Miguel de Unamuno, Azorín, Ramiro de Maeztu), y coinciden con la dirección, asumida desde 1908, de la revista Prometeo, receptora y difusora de los primeros manifiestos vanguardistas en España, de los que fue su primer e incondicional defensor e impulsor. Animador indiscutible de la vida literaria madrileña, en 1914 creó una de las tertulias más frecuentadas y famosas con que ha contado Madrid, la del Café Pombo.

Su particular visión de la literatura, concebida dentro de los presupuestos del arte por el arte, sin ningún intento de reflexión ideológica, dio lugar a un género inventado por él, las greguerías, definidas por el propio autor como «metáfora más humor». Consisten en frases breves, de tipo aforístico, que no pretenden expresar ninguna máxima o verdad, sino que que retratan desde un ángulo insólito realidades cotidianas con ironía y humor, a base de expresiones ingeniosas, alteraciones de frases hechas o juegos conceptuales o fonéticos.

Su vasta producción literaria incluye desde artículos y ensayos, algunos agrupados en libros, hasta dramas de tema erótico y obras más o menos novelísticas, muchas de ellas basadas en una trama truculenta, al modo de los folletines costumbristas, que por las incoherencias en la narración, las imágenes de tipo surrealista o el barroquismo de la expresión se convierten en una forma de absurdo que destruye todo sentimentalismo y las acerca a lo patético y grotesco.

Aplaudida por José Ortega y Gasset, la obra de Ramón Gómez de la Serna ejerció una influencia inmediata en los jóvenes poetas de la generación del 27: el culto a la metáfora, en efecto, caracterizó los comienzos de Jorge Guillén, Gerardo Diego, Federico García Lorca e incluso del joven Miguel Hernández. También en Hispanoamérica apreciaron su obra Pablo Neruda y, posteriormente, el mexicano Octavio Paz. En 1936, a raíz del estallido de la guerra civil española, Gómez de la Serna se exilió en Buenos Aires con su esposa, la escritora Luisa Sofovich, y en 1948 publicó la obra autobiográfica Automoribundia, testimonio de su vida y compendio de su estilo y su personal concepción literaria.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Ramón Gómez de la Serna». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).

A continuación 10 greguerías escogidas:

1 «Como daba besos lentos duraban más sus amores»

2 «Si te conoces demasiado a ti mismo, dejarás de saludarte»

3 «Un tumulto es un bulto que le sale a las multitudes»

4 «Tocar la trompeta es como beber música empinando el codo»

5 «Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas»

6 «Los rosales son poetas que quisieron ser rosales»

7 «La luna es un banco de metáforas arruinado»

8 «El filósofo antiguo sacaba la filosofía ordeñándose la barba»

9 «El pensador de Rodin es un ajedrecista a quien le han quitado la mesa»

10 «Los arcos de triunfo son elefantes petrificados» 

martes, 10 de enero de 2023

OCTOGÉSIMO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL ESCRITOR EDUARDO MENDOZA (1943-2023)

 



Eduardo Mendoza nació en Barcelona el 11 de enero de 1943. Tras graduarse en derecho (1966), ejerció como pasante, asesor jurídico y traductor fijo en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York, entre 1973 y 1982. Posteriormente trabajó para la misma organización en Europa, residiendo en su ciudad natal durante la mitad del año.

Debutó en la literatura con La verdad sobre el caso Savolta (1975), novela que impresionó vivamente al ambiente literario (obtuvo el Premio de la Crítica) y que tuvo también una calurosa acogida entre el público: la verdadera protagonista era la ciudad de Barcelona, conmocionada por las tensiones revolucionarias de los años 1917-1918, en la cual se mueve una variopinta tipología de personajes caricaturescos, presentados según los cánones de la novela policíaca que, en un habilísimo "pastiche", fagocita también esquemas estructurales y lingüísticos de otros géneros narrativos, desde los antiguos tópicos de las novelas de caballerías a los estereotipos más modernos de la literatura de consumo.

Sus personajes originales y disparatados deambulan por un escenario de contrastes, donde se entremezclan los atentados anarquistas con las lujosas fiestas de la alta burguesía catalana. El narrador se sirve del marco histórico para desplegar una elegante ironía que enfatiza el carácter tragicómico del relato. Con esta obra, Mendoza se acercó al área estética de los novísimos, rechazando una excesiva caracterización específicamente española y ubicándose a la vez como continuador de la renovación narrativa de los años 60 (Juan Benet, Luis Martín Santos, Juan Marsé o Juan Goytisolo) y como uno de los más seguros valores de su generación, junto a autores como José María Vaz de Soto, José María Guelbenzu, Manuel Vázquez Montalbán, Javier Marías, Francisco Umbral o Lourdes Ortiz .

Por el contrario, su segunda novela, El misterio de la cripta embrujada (1979), representó una forma de intensificación experimental más divertida. Situada en época contemporánea, el autor maximizó la parodia de la novela negra hasta convertirla en una farsa. El laberinto de las aceitunas (1982) conservaba una ambientación similar, siendo la tercera variante de un peculiar género detectivesco que derrama su humorismo y su particular desencanto en la exasperada imitación de rigurosas investigaciones aplicadas a enigmas risibles. Ambas son historias de crímenes y misterio que comparten como protagonista a un demencial detective y esconden bajo su argumento un componente de crítica social.

La ciudad de los prodigios (1986), protagonizada por Onofre Bouvila, un anarquista que medra hasta las cimas del corrupto poder económico, es un reflejo de la vida barcelonesa del período entre las dos Exposiciones Universales de 1888 y de 1929. Eduardo Mendoza volvió en esta narración a su particular forma de entender la novela histórica, original y comprometida, retratando una vez más la sociedad barcelonesa de la época. En el pasado de un espacio urbano conocido, el autor excava y recupera nuevas identidades, inmersas en una especie de crónica activa y heterodoxa. Con su consumado oficio de narrador, exorciza, mediante múltiples mecanismos de manierismo de la mímesis literaria, cualquier posible condescendencia a las languideces del sentimentalismo.

En La isla inaudita (1989) es un empresario de la Ciudad Condal quien se desplaza a una romántica Venecia para vivir una historia de amor. En cambio, Mendoza explota directamente el recurso humorístico en Sin noticias de Gurb (1990), delirante diario personal de un extraterrestre que rastrea la pista de un congénere desaparecido en la Barcelona actual. Le siguieron El año del diluvio (1992) y Una comedia ligera (1996), dos de sus pocas obras ambientadas fuera de la capital catalana.

En La aventura del tocador de señoras (2001) retoma como protagonista al maníaco detective de la cripta embrujada; en El último trayecto de Horacio Dos (2002) relata una historia irónica que transcurre durante una expedición espacial; y en Mauricio o las elecciones primarias (2006) el autor elige por primera vez la Barcelona posterior a la transición como escenario de una novela. Este último título lo hizo merecedor de la sexta edición del premio de novela Juan Manuel Lara.

Ha publicado asimismo la guía Barcelona modernista (1989), en colaboración con su hermana Cristina y, en lengua catalana, la pieza de teatro Restauració (1990). Posteriormente publicó las novelas El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008) y Riña de gatos. Madrid 1936 (2010), ambientada en la capital de España durante los días previos a la Guerra Civil española, que mereció el premio Planeta.

(Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004).


CENTÉSIMO VIGÉSIMO ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DE GEORGE ORWELL (1903-2023)

George Orwell, seudónimo de Eric Blair, nació en Motihari (India) el 25 de junio de 1903, falleciendo en Londres el 21 de enero de 1950. E...