Günter
Grass nació en Danzig,
actualmente Gdansk (Polonia)
el
16 de octubre de 1927,
falleciendo
en Lübeck
(Alemania)
el
13 de abril de 2015.
Su
obra narrativa reflexionó ácidamente sobre la historia de su país
y la sujeción del individuo a las ideologías imperantes. En 1999
recibió el Premio Nobel de Literatura "por su forma de
descubrir y recrear el rostro olvidado de la historia".
De
origen alemán por parte de padre y polaco por el lado materno,
militó en su adolescencia en las Juventudes Hitlerianas y fue
llamado a filas en 1944, hecho prisionero por los americanos y
liberado en 1946. Tras desempeñar diversos trabajos y oficios
(bracero agrícola, picapedrero), ingresó en la Escuela de Bellas
Artes de Düsseldorf para seguir cursos de escultura, que luego
continuaría en Berlín. En sus inicios cultivó paralelamente la
creación plástica (escultura y artes gráficas) y la literaria en
las vertientes poética y dramática, componiendo piezas como Faltan
diez minutos para Buffalo (1957), Inundación (1957) y
Tío, tío (1958).
Fue
sin embargo la narrativa, en la que se concentró a partir de 1958,
la que lo llevaría a ocupar una destacadísima posición entre los
novelistas alemanes de la posguerra, junto a figuras como Heinrich
Böll, Siegfried Lenz o Uwe Johnson. Saltó a la fama con El
tambor de hojalata (1959), primera de las novelas que integran la
denominada "trilogía de Danzig". La obra tuvo una enorme
resonancia, generó una gran polémica literaria y cimentó el
renombre del autor. En ella, como en las otras dos (El gato y el
ratón y Años de perro), su ciudad natal constituye el
telón de fondo ante el cual se desarrolla la historia del
protagonista, Oskar Matzerath, un enano que deambula permanentemente
acompañado de un diminuto tambor, a cuyos redobles va evocando un
animado fresco de la pequeña burguesía alemana entre 1930 y 1950.
Internado
en una institución psiquiátrica, Oskar Matzerath narra su vida
desde el comienzo. Esta narración se intercala con un diario que
escribe en su reclusión y que abarca de 1952 a 1954. El personaje no
ha crecido desde los tres años a causa de un accidente provocado con
objeto, precisamente, de detener su crecimiento. En cambio, maduró
intelectualmente cuando aún se hallaba en estado embrionario. Esta
disparatada peculiaridad le permite ver con toda claridad lo que le
rodea, pero sin participar en nada, en una auténtica relativización
de la propia realidad. Desde su singularísima situación, Oskar
evoca su infancia en Danzig, donde su madre y el marido de ésta
regentaban una tienda de comestibles. Con ellos convivía un primo,
de origen polaco, que formaba con el matrimonio un ménage à trois.
Llegó
después la ascensión del nazismo, y el pequeño Oskar se dedicaba a
perturbar los desfiles de los camisas pardas tocando su tambor de
hojalata. Después de empujar al primo polaco a la muerte durante el
asedio de la oficina de correos, se integró en una troupe de enanos
que, durante la guerra, hacían números de circo para entretener a
los soldados. De regreso en Danzig, y en el momento en que el
Ejército Rojo se disponía a tomar la ciudad, consiguió que su
padrastro muriese asfixiado al obligarle a tragarse una insignia
nazi.
El
lenguaje de Grass es como una pirotecnia de truculencias, pastiches
estilísticos, juegos de palabras y descripciones llenas de
dramatismo y no ajenas a ciertas evocaciones simbólicas. Völker
Schlöndorff realizó en 1979 una película basada en esta novela. La
labor de desenmascaramiento es llevada a cabo desde una perspectiva
de ingenua intrepidez, que opera totalmente al margen de cualquier
ideología o tendencia moralizadora y pone en marcha una amplísima
gama de recursos estilísticos y compositivos.
El
tono satírico-grotesco predomina también en El gato y el ratón
(1961), a la que sigue Años de perro (1963), donde la
historia política de Alemania en el segundo cuarto de siglo sirve,
una vez más, de marco referencial a los avatares y conflictos de una
relación entre dos amigos de infancia. Después del estreno y la
publicación en Berlín del drama Los plebeyos ensayan la rebelión
(1966), en el que se pone en entredicho la postura del dramaturgo
Bertolt Brecht en relación al levantamiento antiestalinista del 17
de junio de 1953 en Berlín oriental, publicó las novelas Anestesia
local (1969), cuya versión teatral resumida apareció ese mismo
año con el título de Antes, y Diario de un caracol
(1972), que reflejan la intensa actividad política del escritor en
las filas de la socialdemocracia alemana.
En
El rodaballo (1977), acaso la más ambiciosa de sus creaciones
novelísticas, recurre al mito y a la historia para plantear una
parábola de la condición humana y de la relación hombre-mujer que
contiene, además, una historia del arte culinario y una aguda sátira
del feminismo. La obra se compone de nueve capítulos
correspondientes a los de la gestación. Una mujer es la protagonista
de cada capítulo, que se desarrolla en distintas épocas de la
historia y tiene como hilo conductor la alimentación humana desde la
época de las cavernas hasta nuestros días, otorgando a las
conquistas culinarias mayor trascendencia que a las guerras y a los
episodios consignados en las historias convencionales.
El
protagonista que subyace al conjunto de la narración es el
rodaballo, y el punto de partida de la inspiración es un cuento
sobre ese pez del autor romántico Philipp Otto Runge. Capturado en
la edad de la piedra, el rodaballo promete al pescador que si lo
suelta le ayudará a liberarse del matriarcado imperante. De ahí
deriva la concepción viril de la historia, hecha de imposición del
poder y de sumisión de la realidad a la elucubración que desemboca
en el totalitarismo, nutrido por invenciones tales como Dios, el
progreso o la revolución. El libro de cocina es el verdadero texto
de historia, el que recoge la estricta realidad y los progresos y
conquistas del género humano, porque el hombre, más que un animal
racional, es un animal (el único) capaz de cocinar. En nuestra
época, el rodaballo es capturado de nuevo, pero esta vez por tres
feministas a las que promete, si lo sueltan, apoyar su causa. Pero
ellas no lo liberan y le organizan un juicio, con lo que el curso de
la historia no se invertirá, y a los excesos del predominio viril no
sucederán excesos por parte del sexo opuesto.
Günter
Grass publicó posteriormente, entre otros títulos, el relato
Encuentro en Telgte (1979), evocación de su actividad dentro
del "Grupo 47" y de la figura de Hans Werner Richter,
ambientada durante la guerra de los Treinta Años, y las novelas
Partos mentales o los alemanes se extinguen (1980) y La
ratesa (1986), melancólica prefiguración del fin de la
Humanidad en un holocausto atómico del que sólo se salvarían las
ratas.
En
1978 apareció Escarmientos, libro que reúne sus discursos y
escritos políticos, y dos años después se editaron sus Ensayos
sobre literatura 1957-79. Entre sus últimas obras cabe citar
Alemania, una unificación insensata (1990); la novela Malos
presagios (1992); Cuatro decenios (1992); Es cuento
largo (1995), libro muy crítico acerca del proceso de la
reunificación alemana, y Mi siglo, colección de cien relatos
(uno por cada año del siglo) publicada en 1999, año en que fue
doblemente galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las
Letras y con el Premio Nobel de Literatura.
En
2002 publicó A paso de cangrejo, nueva narración sobre la
Alemania de la Segunda Guerra Mundial que abordaba el sufrimiento de
los alemanes a través del relato del hundimiento de la embarcación
Wilhelm-Gustloff en 1945, en el mar Báltico. En 2006 vieron la luz
el poemario Lírico botín, que recoge la producción poética
de los cincuenta años anteriores del autor, y la narración
autobiográfica Pelando la cebolla, en la que Grass hizo
pública su condición de miembro de las SS durante su primera
juventud. La noticia desató ríos de tinta en todo el mundo, pero
especialmente en su país de origen, en el que no faltaron las voces
que reclamaron la renuncia del escritor a su Nobel. Grass tuvo que
salir al paso pidiendo perdón por su "pecado de juventud",
mientras que sus defensores esgrimieron su continua dedicación a la
causa antibelicista y a la denuncia de los desmanes y horrores
provocados por la guerra.
Socialdemócrata
convencido, Günter Grass nunca evitó salir a la primera línea del
debate público para defender sus puntos de vista. Así, criticó la
reunificación alemana por considerarla demasiado acelerada y
traumática para la República Democrática Alemana, y defendió
siempre los derechos de las minorías en su país. En su momento, fue
un defensor del movimiento sandinista. Crítico con el capitalismo,
no perdía ocasión de señalar su íntima injusticia y, en su
opinión, la reducción que opera en las formas sociales de
experiencia del mundo y de relación entre las personas.
(Fernández,
Tomás y Tamaro, Elena. «Biografia de Günter Grass». En Biografías
y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona,
España, 2004)